En lo que se ha convertido en el palacio del arzobispo, dos pequeños patios florecidos enmarcan las salas del Museo de Arte Religioso de Cusco. Su interés radica en la cronología precisa, los hechos históricos y las relaciones sociales posteriores a la conquista española que están representados en las pinturas, principalmente de la escuela cusqueña. Se exhiben varios grandes pintores peruanos: Diego Quispe Tito, etc... Por otro lado, los techos de las diferentes habitaciones, a veces cubiertos de oro, a veces pintados, son deslumbrantes.